El Amor es Sí Cumplirte tu Palabra
El Impacto que el Yoga y Journaling han generado en mi vida.
Te soy sincero, tan solo empezar esta reflexión me llena de emoción y escribir ya con lágrimas. Una emoción nace desde el agradecimiento por lo que representa esta historia de evolución en mi vida.
Hace 2 años y 7 meses empecé mi práctica de Vinyasa Yoga, aún recuerdo la alegría de esa primer clase en vivo dentro de un grupo privado en Instagram en el que Andrea (en ese entonces Soulflow) nos empezó a compartir lo que entonces transformaría mi vida para siempre.
El Impulso de un llamado intuitivo
Conocí a Andrea el 25 de marzo del 2021 gracias a una publicación en un grupo de facebook de la universidad en el que invitaba a su nuevo proyecto de yoga + journaling:
Respondí a un llamado intuitivo (en ese entonces no tenía presente mi intuición como pilar en mi vida) que me impulsó a mandarle inbox, sin pensar si eran las prácticas o no que necesitaba en ese momento. Solo me dejé llevar por la conexión que sentí y escuché a mi sabiduría interna, sin cuestionarla y permitiéndome elegir diferente.
3 años antes mi fisioterapeuta me había recomendado hacer yoga para continuar con mi recuperación de una cirugía en mi rodilla; pero no hice caso a esa primer invitación, mi cuerpo sabía que no era el momento para recibir esta práctica en mi vida. Más cuando vi ese post y empecé la primer clase, sentí al instante que encontré lo que me hacía falta, lo que me completaba.
En esos primeros meses del 2021, estaba en una 3er etapa como workaholic que me estaba drenando. Un punto en mi vida en el que llevaba 2.5 años sin hacer ejercicio y 2 años sin conectar con una práctica espiritual y con mi energía femenina. No respetaba mis tiempos, no honraba mis ciclos, vivía desde una cultura del esfuerzo para generar resultados. No tenía momentos sanos de introspección, de escucha, de estar presente. Vivía en la urgencia y me había alejado de mí.
Esta crisis terminaría con esa señal o llamado, el cual llegó también porque no puse esfuerzo en encontrarlo. Mi alma lo manifestó cuando le comunicó a mi mente que era tiempo de cambiar mi realidad, de mover mi cuerpo, de conectar conmigo.
Que yo no tenía que buscar la forma, simplemente requería estar atento a las señales que llegarían y decidir aceptarlas, sin analizarlas. Que requería crear espacio para recibirlas. Mi intuición ya sabía que sería el yoga, mi alma sabía que mi brújula apuntaba hacia un norte de autenticidad. Y solo requería el impulso para dar el salto de fe una vez que se presentara la oportunidad.
Esto es una muestra de la importancia de reconocer esos impulsos de evolución y ser consciente que vendrán constantemente en tu vida. Cuando lleguen, déjate guiar por tu intuición, aprende a discernir desde tu sabiduría interna (que no se equivoca) para desapegarte del resultado lógico y atender tu llamado, porque en su susurro está la claridad que tu alma conoce bien.
Rendirse a las nuevas posibilidades
Las primeras semanas de las clases, noté cómo viví un punto de inflexión. Claro, mi cuerpo recuperó condición física, más aprendí lo vital que es respirar, exploré el poder de vivir en la pregunta y de honrar los momentos de conexión conmigo. Terminaba mis clases y enseguida entraba a juntas, no había cambio en el resto de mi agenda, más si se sentía distinto trabajar desde ese fluir de energía más alineado a nuevas posibilidades en mi vida.
Fui nutriéndome de los mensajes, lecciones y vulnerabilidad de Andrea. Empecé a invertir en mí, decidí recibir con brazos abiertos todo ese valor que en mi entorno no encontraba, que incluso otros veían raro y hasta rechazaban. Mi círculo cercano empezó a notar cambios en mí desde lo interno, por el “simple” hecho de permitirme ser, y desapegarme del hacer. Dejé de sentirme solo y me enamoré de la relación que tenía conmigo.
Gracias a sus clases, workbooks, audios del mes y journal prompts, poco a poco solté una versión de mí que no era congruente con mi esencia. Le daba espacio a nuevas creencias, ideas y aprendizajes. Mi proceso de sanación y reinvención se hacía más suave y se expandía. Encontré en Andrea y los demás alumnxs un satsang en el que nos mirábamos con transparencia y reconocíamos nuestra existencia, y al mismo tiempo nos reconocíamos a nosotros mismos para vivir una vida llena de vida.
Ya pasado más de un año también nos compartió nuevas herramientas y fuentes de inspiración para mirar hacia adentro y conocernos más. Desde recomendaciones de libros hasta técnicas de breathwork, tapping o las sincronías de sus lecturas de óraculo. Nos presentó otras perspectivas para crear una versión de nosotros que se sintiera más alineada y auténtica, como: Ayurveda, Meditación y Diseño Humano, entre otras.
Con cada tema del mes, nos permitíamos vivir en un constante aprendizaje, recibiendo diversas enseñanzas desde: la Dualidad, el Coraje, el Propósito, la Presencia, Vivir Sin Prisa, el Autoconocimiento, el Amor Propio, el Gozo, el Balance, la Flexibilidad, Soltar expectativas, Perdonar, la Vulnerabilidad, etc.
Todo este proceso fue más ligero, gracias a que me anticipaba a la disolución de mi vieja versión que “moría” para permitir que una nueva naciera, sin tener que sufrir por cambios repentinos y más bien hacia conscientes. Navegando con flexibilidad entre la luz y sombra de cada lección, para encontrar un equilibrio y desde ahí avanzar; con la confianza que en esta aventura, viaje, historia contaba con el apoyo incondicional de mi “mentora” y acompañado por el resto de los alumnxs que también vivían sus propios procesos.
Evolucionar dentro y fuera del tapete.
Con todas las herramientas, temas, sesiones en vivo y mensajes desde la voz auténtica de Andrea, diseñé una estrategia intuitiva para sostenerme, escucharme, estar presente, experimentar y en especial cambiar mi narrativa.
Regresé a mi Ruta Auténtica con más confianza y claridad, con la certeza de que desde la práctica del yoga y el journaling tenía (y tengo) las bases para honrar mi esencia y brillar desde ella. Una ruta en la que la incertidumbre es recibida como un regalo de infinitas posibilidades, de múltiples caminos que me sorprenderán, de espacios y oportunidades para vivir desde mi verdad.
Navego mi ruta, dentro y fuera del tapete, viviendo en las preguntas de:
¿qué pasaría si…? ¿cómo me permito transitar desde esta incomodidad de…? ¿cómo esto se puede sentir más ligero? ¿cómo me llena de vida esto que…? ¿cómo esto puede ser de mayor contribución?.
Estas preguntas que me repito al hacer las asanas, al escribir en mi journal, al enfrentar cualquier desafío, al buscar inspiración, al tomarme una pausa y hacer reset, al compartirme con otros, al dar mis saltos de fe.
Gracias a ellas tomo decisiones más alineadas, no me quedo en la ansiedad, en el miedo, en la duda. Me permito integrar las enseñanzas de vivir una vida llena de vida que el universo tiene para mí cuando me permito recibir, cuando mi voz se vuelve un regalo para otrxs, cuando abrazo los cambios, cuando dejos los juicios y no pongo barreras.
Andrea me enseñó y le recordó a mi alma la importancia de experimentar, de reescribir mi historia, de honrar mis procesos, de sonreír en el momento presente, de soltar lo que ya no está alineado conmigo, de abrazar la imperfección.
Que el mayor regalo que me puedo dar es conocerme y aprender a amarme. Gracias a ella, adopté este mantra que escuché desde su voz auténtica:
EL AMOR ES SÍ CUMPLIRTE TU PALABRA
Durante meses y meses el impacto de estas palabras fue tan grande que se transformó en mi narrativa. Cada que recibo o me propongo una invitación para explorar todo lo que puedo crear en mi vida, traigo a mi alma estas palabras y elijo vivir desde ellas.
Mi intuición las honra, las toma como una brújula para evolucionar y me permite compartirme contigo como un eterno estudiante de la autenticidad, de la vulnerabilidad, de la impermanencia, de la presencia, de la toma de consciencia, de la pregunta, de las intenciones.
Sembrando nuevas intenciones
Hace una semana (25 oct 2023) tuvimos una sesión en vivo para despedirnos de la membresía/comunidad que inició ese Abril de 2021. Un cierre de ciclo que, desde la inmensa gratitud, se sintió correcto y en el momento indicado. Nos sentimos listos para ser nuestros propios maestros para aprender de las infinitas posibilidades que llegarán a nuestras vidas, así como las que Andrea está por navegar en sus próximos proyectos y experiencias.
Si bien, seguiremos aprendiendo de ella fuera de la membresía, en esta última videollamada continuó con su deseo de siempre de compartir más mensajes sabios relacionados a los temas del mes, que fueron: el desapego, los cambios y las despedidas. Y nos dejó este valioso mensaje de resolución:
“Las formas cambian, pero la energía y la intención no”.
El Sankalpa, es una intención, una semilla que al inicio de cada clase plantábamos en nuestro corazón para encontrar una dirección y elegir diferente, desde la voluntad de crear y cambiar nuestra realidad. Una semilla alineada a nuestra esencia, fiel a nuestro propósito, que nos sirve de recordatorio para actuar (emprender en la vida) en consciencia.
Una intención también crea un campo de atracción magnético. Andrew Wallas (Andrea también nos lo recomendó) explica en su libro “Intention - How to tap into the most underrated power in the universe to create the life you want” que para lograrlo es vital que:
Reconocer qué calidad de semilla queremos plantar, que sea auténtica, que refleje con claridad el deseo y la contribución que deseas generar.
Hacer embodiment de nuestra intención y darle los recursos necesarios para que crezca con raíces profundas, desde la analogía de: preparar la tierra fértil, asegurarnos que tenga el agua y luz solar que necesita, etc.
Conciliar con nuestras sombras, soltar lo que ya no está alineado, “quitar” esa maleza del jardín para permitir que nuestra semilla crezca con facilidad y en el entorno, en nuestro cuerpo energético.
Permitir el flujo constante de nuestra intención para que se expanda con ligereza y abundancia; desde quedarnos con lo esencial, desde la apertura de ideas, la presencia activa, la integración, el desapego y el propósito.
Uno de las principales enseñanzas de Andrea ha sido la importancia de sembrar estas intenciones y expandir nuestro jardín que representa nuestra esencia. Un jardín desde el que nuestros dones, sueños, ideas y experiencias se nutren y crecen para convertirse en magia, propósito y amor que nos sostiene y nos guía.
Si bien las formas en que seguiremos conectados con Andrea serán distintas, todos continuaremos desde la misma energía e intención de honrar nuestros procesos, de elegir diferente para conocernos, abrazar nuestra singularidad, cultivar nuestro brillo y magnetismo, la intención de amarnos y expandirnos.
Gracias por las enseñanzas
El yoga y journaling, desde mi experiencia, son herramientas sólidas para inspirarnos y sostenernos en nuestra Ruta Auténtica. Nos regalan la calma, el gozo y energía para navegar fuera del tapete ante las adversidades de la vida. Nos conectan con el amor propio y la compasión, con la vulnerabilidad y el desapego, con el autoconocimiento y la autenticidad.
Desde la sadhana encontramos equilibrio, integración, congruencia. Podemos encontrar esos momentos de trascendencia en el que nos sentimos uno con la madre tierra, con el universo, con la fuerza superior divina; reconocemos que somos parte del todo y nos sentimos completos.
Te comparto todas estas enseñanzas porque me encantaría que evoluciones desde tu práctica favorita, y que desde ella elijas: atender el llamado intuitivo para cambiar tu narrativa, cultivar el jardín de tus intenciones, cumplirte tu palabra y compartir las lecciones que en tu historia están escritas.









Esta reflexión también es un agradecimiento a Andrea por estas enseñanzas. Por inspirarme a diseñar una vida sin prisa. Por co-crear conmigo el jardín para reconectar con mi Propósito. Por la magia que descubrí al fluir en cada respiro, en cada página del journal, en cada asana, en cada intención y llamado de mi intuición.