El Despertar del Fuego y lo Infinito
La conexión entre el fuego sagrado de Agni y el potencial infinito de Ananta en mi camino hacia mi certificación de Yoga en India.
Es curioso cómo la vida, en su infinita sabiduría, nos coloca justo donde necesitamos estar, aunque muchas veces no lo entendamos en el momento.
Este viaje comenzó en un 3/MAR/2024 cuando mi terapeuta Marce Cervantes mostró la siguiente frase en una masterclass (que en realidad fue para mí un nuevo mantra) con la que hizo un llamado a mi alma para plantar esta intención:
“Elijo poner continuamente mi cuerpo en donde mi corazón quiere estar”
Para esos momentos llevaba ya un mes en un nuevo nivel de mi experimento de Diseño Humano, había definido y nutrido los Pilares de mis Rutinas Conscientes (integridad, flexibilidad, congruencia y presencia) de ese entonces para brotar una energía de abundancia en mi vida, y desde ellos había encontrando en mí una determinación para amar(me), gozar y recibir los regalos de la serendipia.
Pasó otro mes más y, con la base de mis pilares, intencionalmente había navegado por un viaje consciente que me transformó por completo. Pasé de un impulso para evolucionar conectando con mi propósito a sentir melancolía e incertidumbre en esa etapa de disolución de narrativas que ya no resonaban conmigo, para luego enraizarme con compasión y esperanza (que también encuentro muy presentes en mi Diseño Humano) y reinventarme con curiosidad y alineado a mi singularidad.
Y justo en el momento en que tenía que suceder, porque así sucede cuando llegas a la etapa de resolución de estos viajes, fue que Andrea Razo —mi maestra de yoga desde hacía 3 años— llegó “de la nada” con la invitación que mi alma manifestó con su intención 1 mes atrás. Y el 9/ABR/2024 publica esto en sus redes sociales:
Días antes me habían llegado señales de que en el yin yoga y el kundalini podría darle continuidad a mi transformación, y más allá de que no era algo claro, solo sabía que el Yoga en toda su inmensidad sería no solo la respuesta sino una oportunidad para vivir en la pregunta y con intención. Mi intuición no susurró tan sutilmente como siempre lo hace al guiarme, esta vez gritó de emoción junto con los anhelos de mi corazón, tal como se había sentido 10 años atrás con un llamado a descubrir mi propósito en Chile. Así que atendiendo ese fuego que en mi alma se encendió al ver este post, fue que no dude en escribirle para saber más.
La resolución de ese viaje consciente se trató de unir los puntos, reconocer el punto de inflexión por el que estaba transitando y convertir ese nuevo mantra en mi nuevo norte, mi nueva luz que me guía, mi Polaris. Y sin entender —desde la razón— el porqué tendría que ir a este YTT en India, simplemente hice lo que se sintió más natural y alineado con mi sabiduría interna: dar un salto de fe.
El resto es historia, un par de días después le avisé a Andrea que ya tenía el pago para mi depósito y no tardamos en reunimos para platicar (por horas jaja) más de esta experiencia que ella vivió a inicios de año y que le transformó por completo.
De ahí en adelante han sido meses de mucha evolución, expansión y abundancia. Seguí escuchando mi intuición y fui diseñando más Rutinas Conscientes con pilares/dones desde los cuales me sintiera con una fortaleza interna (en muchos aspectos de mi vida) para recorrer este camino hacia el YTT. Han brotado más intenciones, he llegado a más lugares donde mi corazón quiere estar, he dado varios saltos de consciencia y sigo encontrando en el yoga más sabiduría para vivir con el corazón abierto, recibir de la magia de la presencia y dar mucha de la luz que tengo para compartir al mundo.



Cuenta Regresiva < a 100 días >
ANANTA FEB 2025 - YTT EN VARKALA, INDIA
Estoy justo a 100 días de embarcarme en un viaje que marcará un antes y un después, no solo en mi práctica de yoga, tambíen en mi vida entera. Y esta nueva sección en mi Substack, llamada “El Viaje hacia lo Infinito”, surge para compartir cómo voy recorriendo esta ruta auténtica. De cómo voy atendiendo el llamado de mi alma y al que hoy le pongo una intención para recorrer este camino con el fuego de Agni como mi guía, y la infinita expansión de Ananta como mi horizonte. Así que en esta primer carta te contaré de ella.
El yoga ha sido muchas cosas para mí. Al principio, fue un refugio, un espacio donde mi cuerpo podía reencontrarse con su ritmo, donde la mente —por fin— podía encontrar calma y dejar de ser la protagonista de mi vida. Fue la primer manera de regresar a mí y sembrar esa promesa de amor propio de elegir diferente y cumplirme mi palabra. Con cada asana, con cada respiración consciente, cada inmersión en la filosofía del yoga, me di cuenta de que estaba despertando algo más profundo en mí, algo que claramente iba más allá del movimiento físico con el que cuidaba a mi cuerpo luego de abandonarlo y dejarlo que se protegiera solo ante el estrés, la ansiedad y el mundo acelerado al que opté por seguirle su ritmo. Comencé a sentir una transformación que, aunque sutil al principio, poco a poco fue despertando mi consciencia emocional y espiritual. Ahí es donde Agni hizo su primera aparición.
Agni en sánscrito significa fuego. En las tradiciones védicas, no solo se refiere al fuego físico, también al fuego sagrado que purifica, transforma y transciende. Es visto como el fuego sagrado que despierta la consciencia, quema las impurezas —físicas, mentales y emocionales— y por tanto provoca la transformación personal y espiritual. También se asocia con el fuego digestivo (físico y metafórico), que procesa tanto nutrientes como experiencias para convertirlos en energía.
El fuego de Agni ha estado presente desde antes de que supiera su nombre, que de hecho llegó por “accidente” como opción de nuevo nombre para Zåjni en un proceso de rebranding de hace unos meses. Agni fue ese impulso interno que me llevó a seguir explorando, a expandir mi zona de confort, a provocar un cambio dentro de mí. Me di cuenta de que el yoga no era solo una práctica o una respuesta para “combatir” mi mundo externo, sino un llamado auténtico a desapegarme de lo que ya no me nutría, a purificar las capas de mi ser que estaban cargadas de viejas creencias, miedos y resistencias.
Cada vez que me conecto con mi respiración en el tapete (o fuera de él), siento cómo el fuego de Agni arde dentro de mí. No es un fuego destructivo, sino un fuego que transforma, que transmuta, que hace alquimia. Es la energía de mi Puerta 39 —en mi diseño humano— la que tiene una provocación emocional que me ha enseñado a ver los desafíos como oportunidades para despertar, para ir más profundo, para saltar hacia frecuencias más elevadas. Y vaya que me ha encendido y a la vez liberado, me ha empujado a ver partes de mí que preferiría dejar en la sombra, a sentir emociones que pensé que podía ignorar, me ha enseñado a de despejar mi camino de obstáculos y guiarme hacia una mayor libertad y conexión espiritual —tal como Ganesha. El yoga no invita a ignorarte o vivir en un extremo de la dualidad, no cuando te comprometes a vivirlo de verdad. Me di cuenta de que cada provocación de este fuego era una invitación a purificarme y abrirme al calor de algo más grande.
El yoga me ha enseñado que esta purificación no tiene un final marcado, sino que como la muerte, también representa un comienzo. Lo que se transformaba a través del fuego de Agni se convertía en el espacio para algo nuevo, algo que aún no conocía pero que ya podía sentir: la expansión infinita de Ananta.
Ananta simboliza lo eterno, lo ilimitado y lo infinito de la vida, el alma, y el universo, recordando que el viaje de crecimiento y evolución nunca termina. Andrea y Sam, quienes se unieron a crear la invitación al YTT después de su experiencia en su certificación, recién trajeron a la luz este término en sánscrito para bautizar la experiencia que viviremos quienes ahora tomaremos la certificación en Febrero. Y para ello abrieron una cuenta de IG con este post:
Ananta, me recuerda que al embarcarnos en nuevas experiencias no siempre habrá un destino claro porque siempre nos encontramos con más que las expectativas que uno pone en la vida. El yoga, al igual que la vida, es un viaje continuo, uno que no tiene límite, porque siempre hay más por explorar, más por descubrir, más por lo que estar presente y agradecer. Ananta me invita a recordar que mi crecimiento, mi conexión con mi ser, es un proceso que no termina, que se expande con cada nueva experiencia, con cada respiración, con cada intención.
Y con todo esto es que me he dado cuenta de algo muy hermoso de todo esto, que en Agni y Ananta encuentro los hilos que entrelazarán las rutas en este viaje; que además hoy reconozco (gracias a los diversos experimentos de mi diseño humano en este año) que ciertos dones que han salido a la luz en mis viajes conscientes a la abundancia y expansión —como la Puerta 39 de la Provocación— hoy tomarán un rol más protagónico como nuevos Pilares de mis Rutinas Conscientes que aportarán sustento a lo que ya he diseñado para expandir el brillo de mi esencia.
La Puerta 41 —de la Contracción— ha sido mi semilla, el impulso que me invita a soñar con lo que aún no ha nacido, a sentir el anhelo por nuevas experiencias, por nuevos comienzos. Y, como el fuego de Agni, esa energía me mueve a dar el primer paso, sin que la mente tenga que saber qué hacer y controlar el proceso, sino que simplemente es un don que se activa con la visión de a dónde vamos a llevar nuestra alma para conectar con la consciencia infinita de donde emana la luz del todo. Porque los sueños no se materializan solos, necesitan un impulso, una chispa que los encienda. Esta puerta me ha enseñado a habitar ese anhelo profundo, ese deseo de expansión a través de experiencias que requerimos vivir para crecer, madurar y trascender.
Mientras me he preparado para esta certificación de yoga en Varkala, siento que la Puerta 41 ha estado más activa que nunca y más al acercarse la fecha en que comenzará. Este viaje no es solo un nuevo capítulo, es el comienzo de un ciclo que ya se siente en mi cuerpo, en mi alma. Cada día que pasa, siento cómo el fuego de Agni va encendiendo más mi deseo de conocerme más profundamente, de expandir mi práctica, no solo en lo físico, sino en lo espiritual, en lo emocional. Este viaje será la culminación de muchas cosas que he venido trabajando, pero también será la semilla de lo que aún está por florecer.
Y en este viaje, la Puerta 42 —del Crecimiento— juega un papel clave. Esta energía me invita a cerrar ciclos, a completar con tenacidad los viajes que he comenzado y sosteniéndome desde el desapego y el amor propio. ¿Qué es el crecimiento si no estamos dispuestos a soltar lo que ya no resuena?. He aprendido que aferrarse al pasado y antiguas versiones de uno mismo solo estanca el flujo natural de la vida.
El yoga y la Puerta 42, me han enseñado a soltar con gratitud, a ver cada cierre como una oportunidad para crecer, para abrir espacio a lo nuevo. Esto no es fácil, lo sé, soltar nunca lo es; más elegir este acto de amor propio nos recuerda que lo que se va, se va porque ya ha cumplido su propósito. El fuego de Agni, en esta puerta, no solo purifica, sino que expande. Me enseña que cada ciclo que completo es una preparación para lo que viene, y que lo que viene es siempre más grande, más expansivo, porque estoy dispuesto desde el corazón a abrirme a ello.
Cuando pienso en lo que esta certificación de yoga significa para mí, hay claridad de que estos tres pilares formarán la pirámide para sostenerme en este viaje. Agni estará presente en cada respiración, purificándome en el movimiento y la quietud, transformando lo que necesito dejar ir, iluminando el camino hacia lo que aún no conozco. Y Ananta, la energía de lo infinito, será mi recordatorio constante de que este viaje no tendrá un final (por algo también me quedaré un par de meses más viajando por Asia). Este viaje expandirá la espiral de continuo de crecimiento, de de autoconocimiento, de amor propio y de consciencia.
Agni y Ananta estarán presentes en cada paso, recordándome que el fuego que arde dentro de mí no solo purifica, sino que también ilumina, y que el horizonte al que me dirijo es infinito.
Por si no ha quedado claro, el yoga es más que una práctica física. Es un camino de vida, uno que me invita a explorar las profundidades de mi ser, a abrazar mis sombras, a brillar desde mi esencia. Es la conexión con ese fuego interno que me impulsa a seguir adelante, a no rendirme, a confiar en que siempre hay más por experimentar aunque el camino sea incierto.
En esta cuenta regresiva, en este día -100, siento que estoy listo para lo que viene. No porque tenga todas las respuestas, sino porque estoy dispuesto a vivir en la pregunta, a seguir nutriéndome, a fortalecerme y dar más saltos de fe.
Este viaje, esta certificación de yoga, será la culminación de muchos ciclos y el inicio de otros tantos. Así es como comienza este nuevo capítulo, con el corazón abierto y el alma curiosa para lo que venga. El yoga es parte de mi ruta auténtica, y en este viaje de transformación, de purificación y de expansión, sé que estoy llevando mi cuerpo a donde mi corazón quiere estar.
Antes de despedirme, quiero agradecer infinitamente a Andrea y Sam por lanzar este llamado, por coordinar esta experiencia desde hace meses, por ponerse al servicio, por acompañarnos. Sí, en plural porque vamos más almas afines que hemos atendido esta invitación y de las cuales seguramente te estaré contando más adelante porque compartiremos muchas experiencias. Ha sido un gusto conocerles y comprar nuestro boleto de avión juntxs, habrá lazos que nos unan y palabras que nos sostengan.
A cada una de ustedes les afirmo que: “You’ll never walk alone” - YWNA.
A ti que me estás leyendo y has estado suscritx a “Escuchando mi Intuición”, te invito a que sigas esta historia, verás que todo se entrelaza con lo que seguiré publicando fuera de esta sección. Quédate tranquilo de que si no quieres recibir las reflexiones de este viaje podrás elegir no recibir sólo estas cartas. Más me encantará que formes parte, que me compartas qué significa para ti el yoga y que contribuyas en comentarios o notas con aquello que resuene y enciende tu alma.
Y no te olvides de seguir la cuenta de @anan____ta en IG para que conozcas más de esta experiencia. Aún puedes unirte al viaje y tomar tu certificación que será en la escuela de Tattvaashram Yogshala, avalada por el yoga alliance.
Un abrazo, Josh
- Namasté
Si quieres conocer la historia de cómo entró el yoga en mi vida y recibir una invitación a elegir diferente y cumplirte tu palabra, te dejo esta reflexión:
El Amor es Sí Cumplirte tu Palabra
Te soy sincero, tan solo empezar esta reflexión me llena de emoción y escribir ya con lágrimas. Una emoción nace desde el agradecimiento por lo que representa esta historia de evolución en mi vida.
Me emociona tanto contando ya los días contigo jaja me muero de ganas de leer toda toda la aventura que se viene 🙌🔥
Qué lindo Josh!!! Sentí que me emocionaba con el viaje tanto como tú 🥹 Y me quedo con esto “No es un fuego destructivo, sino un fuego que transforma, que transmuta, que hace alquimia” ❤️🔥❤️🔥❤️🔥 un abrazo y a seguir viviendo en las preguntas; creo que el aprender a amarlas y habitarlas puede ser mucho más significativo en nuestras vidas que intentar tener todas las respuestas! Mucho amor para todo lo que viene en tu vida💞