No pierdas Esperanza en tu Arte
Un día, un tatuaje, un recuerdo que no se olvidará y nos conectará por siempre
No es solo tinta o un diseño más. Me recuerda que el arte de vivir es un viaje sin final en el que el sentido de pertenencia y el propósito iluminan una ruta que siempre se expande.
* Antes de continuar, te recomiendo leer la primera parte de esta historia…
La Historia y Visión que hablan desde la Piel
Vijnanamaya Kosha - Sabiduría
3. OM + Gayatri Mantra + Ananta
Luego de hacerme los primeros tatuajes pasaba a visitar a Mary y Tenzin tomando cualquier excusa posible para seguir platicando con ellos. Ya sea que acompañaba a una de mis hermanas a planear próximos tatuajes o solo su estudio me quedaba de paso luego de cenar o desayunar. Entre una de esas visitas le platiqué a Mary que quería entrevistarlos y platicar más a fondo con ellos, pero no se logró dicha sesión por diversas razones de agenda. Eso no implicaba que me quedaría con las ganas de tener una última conversación.
El último día en Varkala fuimos a visitarles (8 de nosotros jaja) aprovechando de que un par de mis hermanas ya le habían hecho una cita a Tenzin para ese día. Más tienes que saber que durante el desayuno acordamos que nos tatuaríamos juntxs un OM. Aunque algunas ya tenían ese tatuaje, la intención era dejar el recuerdo de lo que vivimos juntxs en esta experiencia organizada por Ananta.
Llegamos primero 4 de nosotrxs, y mientras se hacían los primeros tatuajes yo aproveché para diseñar el mío con base en referencias que encontré en ese ratito en Pinterest. Aunque tendríamos el mismo símbolo yo quise invitar un poco a mi rebeldía de esos días y dejar plasmado algo único. A final de cuentas sería mi última “travesura” en la India, porque era una inversión que no tenía contemplada y según yo ya no me haría mis tatuajes aquí, pero éste valía más allá que el precio, era una forma expresar mi gratitud y conexión con ellas.
El diseño partió de que ya tenía a Ganesha y ahora tendría el OM, así que pensé que lo ideal sería incluir el Gayatri Mantra en este último tatuaje. Como sabes es un mantra que ha tenido un gran impacto iluminando en estos meses el llamado de mi alma para con este viaje, los saltos de fe para con mi voz, las decisiones que han sido guiadas por mi intuición.
“Dhiyo Yo Nah Prachodayãt” son las palabras que elegí para incluirlas en mi tatuaje y que me recordarían que esa “soberbia intelectual” por la que otrxs me han señalado, en vez de ser un “pecado”, es un don que es bendecido por esa fuente de vida y luz que brinda armonía al universo. Que mi intelecto que es capaz de armar los sistemas y mapas que convierten los juicios en oportunidades, las opiniones en innovaciones, las creencias en ideales, los sueños en historias, las pasiones en vocaciones, las experiencias en lecciones. Que tengo la claridad para entrelazar toda idea o nueva herramienta que venga a mí con lo poco o mucho que sé & mis deseos de crear algo singular y de impacto al mundo.
No quiero restarle importancia al OM. Si bien desde un inicio no lo contemplé como mi primer opción para tatuarme, es un mantra que se volvió parte de mi día a día durante el YTT/TTC y, más allá de que abríamos con él cada clase, en verdad creo que me sostuvo todo el tiempo, me sanó en formas que la lógica no sabría explicar, creo tanto para mí con tan solo repetirlo con constancia e intención, sobre todo esto último. Pronunciar un OM o a-u-m desde el poder de mi voz me conectaba de inmediato en mi sankalpa inicial, me traía al momento presente, era la chispa que prendía mi fuego interno. Todos los segundo que duraba recitarlo ya sea en una meditación o en un kirtan me permitieron notar que su poder era la invitación a abrir la puerta a mi dejar atrás al villano de la resistencia. Así que cuando dijeron mis hermanas que compartiéramos de por vida este OM, fue un rotundo, ligero y claro “sí” el que escuche en mi cuerpo.
El toque final y diferenciador de este tatuaje está en el símbolo de infinito al inicio de la curva del OM y desde la que comienzan las palabras en sánscrito del mantra. Como te lo he contado antes, Ananta significa Infinito y era la manera más sutil de colocarlo junto a ellos. Así tendré presente que mi viaje no acaba en este destino, que siempre estaré en continua expansión, en constante exploración, en ilimitada apertura a la vida. Acompañado de mis hermanas, de las enseñanzas del yoga, del poder de lo divino en mi práctica es que mi fuego —mi Agni, siempre me ilumina.
Entonces, ¿qué expresa este tatuaje?
Siento que es el mapa invisible de un viaje que trasciende caminos, fronteras y certezas; que muestra que la vida nunca deja de asombrar en cada destino y que yo vibro con ella cuando mi alma le responde con el eco de mi voz a querer explorarla. Que reconozco con claridad que cada idea, cada pensamiento, cada intención, cada creación que habita en lo más profundo de mí, tiene el potencial de ofrecer sabiduría y propósito a quienes necesiten.
Además este tatuaje no es solo mío, es de mis hermanas también. Lleva el eco de cada mirada de complicidad, cada risa de nuestras tonterías, cada celebración por una asana intentada, de cada abrazo lleno de amor y de cada silencio compartido con ellas en este viaje.
El infinito de Ananta me recuerda que la expansión no tiene fin, que este camino no acaba donde termina la certificación, porque ahora llevo conmigo su presencia en cada paso.
El OM sostiene la fuerza de sus voces, la que aprendimos a honrar en medio de cada momento que sentíamos rendirnos y en cada momento en el que nos liberábamos con coraje y vulnerabilidad.
Y el Gayatri Mantra, con su luz grabada en mi piel, me invita a ofrecerles mi intelecto para que juntxs diseñemos las herramientas necesarias para convertirnos en alquimistas de nuestro fuego interno y el poder creador de nuestra energía femenina.
El tatuaje es la confirmación de que
nunca caminaremos solxs ahora que somos hermanxs.
Un recuerdo que nos une…
Happy Losar! Una curiosidad sobre el inicio del nuevo año tibetano es que suelen celebrarlo pasando el tiempo sólo con la familia. La intención es reunirse con esas personas importantes que te acompañarán todo el año, fortalecer lazos con ellos, expresarles gratitud y aprovechar para juntos desapegarse del pasado y con ello traer bendiciones y buena suerte en este nuevo comienzo.
Este día que les visitamos resultó ser el 1er día de celebración de su año nuevo. Tenzin aprovechó para compartirnos un poco de sus orígenes, Mary celebraba este día con nosotros mientras grababa su vlog. Ellos sabían de antemano que nos verían y prepararon una sorpresa para Sam a quien le regalaron una pintura de una flor que le había gustado, esto en señal de agradecimiento por la prosperidad y amistades que había traído con ella desde que la conocieron y que un año después se seguía manifestando con las visitas y tatuajes que nos hicieron.
Más esa no fue la única pintura que dejaría el estudio. Desde el primer día que vi la pared con cada una de las pinturas favoritas de Tenzin hubo una de ellas que en lo alto llamó mi atención. Este monje que estaba con total devoción rezando en la habitación de su monasterio me cautivó. Los rayos de luz por la ventana, el mala en sus manos, la textura del piso de madera, la rueda de plegaria en el techo, todo creando un entorno que me inspira a ser más consciente de mi camino espiritual. Ya le había dicho Tenzin y Mary que esa pintura me inspiró mucho y que de ser posible me gustaría comprarla para llevarla a México conmigo.
Tenzin no ofrece esos cuadros, incluso si alguien le pide comprar alguno se reserva el derecho porque le gusta saber que una de sus creaciones quedará en buenas manos y se coloque en un lugar especial para quien la compre, un lugar en donde él también pueda verla a través de alguna foto o videollamada porque ha llegado a sentir que una parte de él se ha perdido si no puede volverla a ver.
Cuando ya mis hermanas se habían ido y me quedé a pagarle mi último tatuaje le recordé de mi intención para con la pintura y con alegría él aceptó vendérmela. Sé que esto fue posible gracias a la confianza y conexión que tuve con él desde el inicio que llevamos el diseño de los tatuajes a mi piel hasta las pláticas que tuvimos en cada visita que le hice a su estudio en las que abordamos nuestras perspectivas de la humildad con la que nos compartirnos, la dedicación a nuestras pasiones, la tenacidad ante la adversidad, la belleza de la perfección y más que surgiera en el momento.
Recuerdo muy bien que cuando Tenzin me entregó la pintura y nos sacamos una foto para ambos tener el recuerdo, él se despidió de ella con gusto porque sabía que su pintura tendría un hogar donde sería valorada. Con ello en mente, para mí es una promesa el enmarcarla en un lugar especial de mi oficina para que en cada sesión con mi tribu o grabación de mi podcast la pintura siempre esté presente y que el día que vuelva a platicar con Tenzin y Mary ellos puedan verla conmigo.
Te decía que fue una curiosidad que ese día fuera el nuevo año tibetano porque al final platicamos que llevar nuestra mexican vibe al estudio se sintió como si fuera una reunión con la familia, en la que en verdad se estrecharon lazos que durarían por siempre; que al tatuarnos ese día y comprarle la pintura también fue una señal de buena suerte para la prosperidad y abundancia de su estudio y de sus vidas en este nuevo año.
Me hubiera encantado grabar esa conversación para compartirte con precisión cada palabra sabia e inspiradora que me dijeron, pero el mensaje principal fue que no perdiera nunca la esperanza en mi arte, que la siguiera compartiendo desde mi sabiduría, mi generosidad, mi gentileza y el brillo de mi ser. Porque es desde ahí que la abundancia siempre llegará, que mis emprendimientos se sostendrán y que mi mensaje llegará a más gente que hoy lo necesita.
Con esa invitación a perseverar en mi viaje consciente, ¡¿qué más es posible?!
Esta sería la cuarta capa de la liberación de mi voz auténtica durante el YTT/TTC.
Es mi cuerpo el que ahora se expresa a través de mi piel. Mis tatuajes son relatos que han emergido desde mis propias cicatrices, de las grietas de mis abismos, desde mis descubrimientos en mis saltos de fe, desde lo que he elegido diferente para luego cumplirme mi palabra. El eco de estos símbolos de mi ruta auténtica, de mi storytelling, de mi conexión divina, de mi verdad interna, de mi sentido de pertenencia no necesariamente hablan de mí hacia afuera, sino que le susurran a mi propia alma cuando me miro al espejo, cuando toco mi piel, cuando llevo mi drishti en mi práctica de yoga, cuando recuerdo por qué los elegí conscientemente.
Este acto también es una expresión de mi voz auténtica: recordar, encarnar y comprometerse con el poder de mi historia y el legado que puedo crear con ella.
Mi voz ya había liberado su ritmo y su tono, su profundidad y gozo de conectar y compartirse con amor. Ahora tiene luz y un eco que se expande al infinito y que guía y sostiene a otros en el viaje de su Ruta Auténtica.
Te mando un abrazo, en el inicio de mi segunda semana en Vietnam.
- Josh, Namasté.
Te dejo el otro vlog que grabó Mary del último día que estuvimos con ellos y la mexican vibe que les dejamos en su estudio:
OM Grupal & Pintura. Ver desde el minuto 4:32
Y una recomendación musical para celebrar que el viaje al infinito continua y que coincide que también te la compartí justo esta misma fecha pero hace un año en esta reflexión, llamada: “El Lugar y Tiempo para Florecer”, sobre regresar a tus raíces, alinearte a tu momento, a tu propósito y florecer tu potencial.
Breve update sobre mi viaje en Vietnam…
Ayer cumplí mi primer semana en Da Nang. Un lugar que esperaba mi llegada solo hasta que comenzara la primavera, así estaba escrito más no previsto.
Desde la esencia flexible del slow living es que voy encariñándome de este lugar. Cada día he procurado poner en agenda al menos una actividad que me ancle un poco más: desde clases de yoga grupal e individual, friendly dates para conocer personas locales mientras degustamos de un café, tomar una sesión privada de fotos, etc. Esto para generar momentum en lo que iba recuperando tanto la salud, el apetito y el ritmo de sueño luego de una tremenda pausa en la última semana en Nueva Delhi en la que el cuerpo pidió su descanso obligatorio y merecido.
Consciente de que Vietnam sería un lugar de transición luego de lo vivido en India, trato de llevar mi viaje en esta ciudad fiel a la promesa del impulso a evolucionar del nuevo ciclo de mi Storytelling Consciente en el que ya sabía que me embarcaría, tal como hace un año sucedió. Y digo que trato porque apenas voy dándole lugar a mis rutinas conscientes, las cuales están ahora orientadas a mi fuerza de voluntad, al balance de mi energía masculina y femenina y a cómo enfrentar desafíos creativos, de manejo de energía y de la expresión del amor desde mi palabra. Más ya te platicaré de este tema en reflexiones futuras, porque fueron resultado de profundizar en el estudio de mi carta y reporte de la sesión de astrología védica que tuve en Rishikesh.
En fin, entre algunas cosas que he disfrutado aquí es: “perderme” intuitivamente en sus calles llenas de árboles y plantas, explorar dónde sirven el mejor grano de café robusta y probar sus presentaciones con el salt, egg o coconut coffee, los largos e intuitivos recorridos en su playa de arena blanca para mis walking meditations, la escapada que puedo tener a 10km a sus montañas con bellísimas vistas al mar.
Su gente es amable, pero tímida y poca hábil con su inglés, por lo que me cuesta trabajo provocar la conversación aunque les salude, agradezca y me presente en su idioma: Xin chào, Cảm ơn nhiều, Tôi tên là Josh, Tôi đến từ México, Tôi đang học tiếng Việt, Bạn nói tiếng Anh không?, Bạn có thể giúp tôi không?.
De su comida apenas le estoy tomando cariño con platillos como: Bún Chả Hanoi, Phở Sườn Bò, Gỏi Cuốn Tôm Thịt y el Bánh Mì —este último mi favorito por parecerse a una torta mexicana. Y confieso que sigo extrañando el Paneer & Chicken Tikka Masala y el Aloo Jeera de la India.
Hice recién una visita a Lady Buddha que seguramente repetiré en la siguiente semana para una cita con mi artista en ese lugar lleno de una energía amorosa, compasiva, de paz y que invita a traer la buena suerte. Más de ello te quiero contar en otra carta, porque estar ahí invita a mucho que reflexionar.
Bueno, termino este paréntesis sobre el viaje. Sigo atendiendo el impulso en esta etapa de mi historia y preparándome física y emocionalmente a lo que pueda experimentar en Bali, sin perderme del presente y regalos que me da Da Nang.



