Cerrar como queremos empezar
Llevar una vida sin prisa para cumplir tus intenciones del 2024
Estas fechas de cierre de año o los cumpleaños nos sirven de referencia, más realmente los cambios suceden cuando tomamos una decisión interna que nos lleve a tomar una pausa, recargarnos y definir qué queremos.
Te cuento que justo hace un año (Dic 2022) estaba a mitad de un programa de @_andrearazo con el mismo nombre el título de esta reflexión. Ese programa era una invitación a no esperarnos a que terminara el año para generar o sostener los hábitos y rutinas conscientes que queríamos seguir en 2023.
Al iniciar el programa (Nov 2022), ya tenía decidido que me embarcaría en una nueva narrativa interna llevando más prácticas de autoconocimiento -entre ellas #DiseñoHumano- con las que buscaba encontrar respuestas para sentirme más lleno de vida y más conectado con una versión de mí que había desarrollado desde año y medio atrás cuando empecé mi camino espiritual.
Gracias a la primer lectura de Diseño Humano que recibí y la inspiración de las clases de yoga, workbooks de journaling y meditaciones semanales, fue que logré poner una intención a lo que quería crear en mi vida para el 2023 y cerrar exitosamente el 2022. Te preguntarás, ¿cuál intención?:
Reconectar con mi Propósito llevando una vida sin tanta prisa.
Para mi, llevar una vida sin prisa es más que simplemente reducir el ritmo o quitar la urgencia del día a día. Implica un cambio en la forma en que experimentamos y abrazamos más la Presencia. Significa que…
Ser Conscientes del momento Presente: En lugar de apresurarnos hacia el futuro o lamentarnos por el pasado, implica estar completamente presente en el ahora. Es sintonizarnos con cada instante, con nuestro entorno, con cada experiencia que nos estimula y enseña. Vivir en gratitud con las oportunidades que llegan para conocernos y honrarnos.
Generar una Conexión con nuestra Esencia: Una vida sin prisa nos invita a reconectar con nuestra singularidad. Nos permite explorar quiénes somos realmente y actuar desde esa autenticidad. Que celebremos la libertad que da el amor y la verdad para brillar frente a la culpa o juicio.
Actuar con menos Estrés y más Fluidez: No implica desatender nuestras responsabilidades, sino de abordarlas con una perspectiva más ligera para honrar nuestra energía. Es encontrar una armonía entre el hacer y el ser. No necesariamente es ser más eficiente durante el día o gestionar mejor tu agenda, sino de respetar tus ritmos y ser consciente de tu energía vital.
Aprender a Saborear cada Momento: Implica valorar cada experiencia, por pequeña que o irrelevante que parezca. Receptivos a la satisfacción de mirar un atardecer o de llegar a tu meta. Valorar la serendipia que llega cuando lees un libro o cuando te dejas llevar por una nueva relación. Es reconocer las infinitas posibilidades que surgen por la sincronía y belleza de esos momentos espontáneos, casuales e impermanentes.
Priorizar lo que realmente importa: Llevar una vida sin prisa nos permite discernir qué es esencial para nosotros, qué nos nutre -en especial al cuerpo- y nos hace sentir plenos. Enfocarnos en ello para liberarnos de la presión de los condicionamientos y expectativas que otros intentan imponer. Es encontrarte con ese deseo de luchar por tu propósito.
Llevar una vida sin prisa representa una invitación a vivir con intención, a encontrar la belleza del momento, a abrazar nuestra autenticidad y a vivir nuestro propósito sin la constante presión del hacer y de las expectativas externas. Es permitirte disfrutar de las experiencias que entrega la vida.



En el programa me di la oportunidad de leer el libro de Andrew Wallas: “Intention”, el cual ya te mencioné antes en un par de ocasiones. En este libro hay muchísimas lecciones para lograr que nuestras intenciones se cumplan.
Tal como te platiqué en la reflexión de “El Amor es Sí Cumplirte tu Palabra”, Andrew Wallas explica que una intención crea un campo de atracción y que uno de los pasos es hacer embodiment de tu intención. Desde esa idea, le di prioridad a cerrar el año al elegir y atraer los nutrientes que me ayudarían a vivir una vida sin prisa.
Acompañado de los ejercicios de @_andrearazo y gracias al libro, en mi journal había escrito estas preguntas en relación a mi intención:
- ¿Cómo me haría más sencillo y ligero el proceso de ser la persona que quiero?
- ¿Cómo puedo actuar en mayor balance y congruencia con mi esencia?
- ¿Cómo podría escucharme y confiar más en mis decisiones y anhelos?
- ¿De quién o qué requiero rodearme para absorber aquello que me nutra?
Hoy te quiero contar de las respuestas a mis preguntas, pero no las que obtuve durante el programa, sino las que tengo luego de un año y que deseo te sirvan para tu propia intención de Cerrar como quieres Empezar el 2024.
Estas respuestas te las quiero compartir desde la perspectiva que nos regala Diseño Humano y la filosofía japonesa del Wabi-Sabi.


¿Cómo me haría más sencillo y ligero el proceso de ser la persona que quiero?
Para encontrar la ligereza en un proceso de autoconocimiento podemos invitar la filosofía del Wabi-Sabi, que sin querer quitarle lo potente de su significado, se podría interpretar rápidamente como la belleza en la imperfección y la aceptación de la impermanencia.
A menudo, nos empeñamos en buscar la perfección en nuestras rutinas diarias, en nuestros proyectos y en cada paso que damos hacia nuestras metas. Más déjame compartirte algo que aprendí o reforcé: la verdadera singularidad reside en las imperfecciones, abrazarlas y alinearlas con los ritmos & transitoriedad de la vida.
Esta ocasión no te hablaré de la verdad de que nuestras imperfecciones nos hacen singulares y por tanto perfectxs; o que no es necesario cambiar algo en nosotros para sentirnos suficientes o valorados. El Wabi-Sabi nos entrega muchas lecciones desde esa perspectiva, más hoy lo abordaré desde la relación que existe con el tiempo y la claridad que obtenemos cuando aceptamos estas imperfecciones.
En muchas áreas de mi vida relacionaba la perfección con la eficiencia, con lo que funciona bien y no requiere corregirse tanto, o inclusive con el amor incondicional de pareja. Más este año en particular he abandonado (no tan fácil jaja) la idea dedicar tanto tiempo y esfuerzo a que salgan perfectos mis proyectos, procesos, publicaciones y más.
Creo que este año, en lo que he compartido y planeado, me he dejado llevar por mi sabiduría, por la tranquilidad que hay en no darle vueltas a las cosas y en especial conectar con mi intuición para reducir el miedo a un fracaso, rechazo o confrontamiento que antes veía en la imperfección.
En definitiva fue más sencillo conectar con mi verdad desde una perspectiva que me invita a abrazar la autenticidad que existe en el momento, la experimentación y el juego. Sin falsos juicios o críticas, no cayendo en estándares exagerados (pero sí altos), y al reducir la culpa o incertidumbre es que pude tener más tiempo y lecciones que me permitieron redescubrir y amar más mi ser.
¿Qué pasaría si nos permitiéramos ser imperfectos mientras avanzamos hacia nuestros sueños? Reconociendo que cada paso, sea pequeños o un tropiezo, nos acerca más a ser la persona que anhelamos ser. Simplificar nuestro camino, reducir la presión por la perfección y abrazar la belleza de cada experiencia nos hace el proceso más ligero y enriquecedor.
¿Cómo puedo actuar en mayor balance y congruencia con mi esencia?
Encontrar el balance y la congruencia con nuestra esencia implica alinear nuestras acciones con lo que somos. El Diseño Humano nos muestra cómo regresar a nuestra esencia y actuar en consciencia.
Tomarnos el tiempo para explorar quiénes somos realmente, conectar con lo que nos hace sentir vivos y auténticos, y luego alinear nuestras acciones con esa esencia. Y sí, esto también se puede interpretar con cumplir con nuestro propósito, pero es algo que abordaremos más adelante.
Además en este proceso, es fundamental reconocer que la congruencia con nuestra verdad no significa la ausencia de retos o momentos difíciles, sino la habilidad de fluir con ellos siendo fieles a nuestra esencia.
Al seguir mi estrategia y autoridad (conceptos de Diseño Humano) me permití en primer instancia escuchar mi intuición, y sí, tomar decisiones más alineadas para fluir en armonía con mi energía. Solo que para lograrlo fue importantísimo sentirme con más vitalidad regresando a mis pasiones y al cuidado de mi cuerpo.
Desde regresar a una de mis pasiones que es correr (+500km este año), hasta explorar las sesiones de barras de access, breathwork, ceremonias de té y ser más constante con mi práctica de yoga. El tema de alimentación jugó un papel ya que por tantas calorías requería mantenerme en un peso saludable o también promediar al menos 7 hrs durmiendo desde las 10pm. Sin olvidar que al escribir en mi Substack o morning pages mantuve activa mi chispa creativa.
En fin, la actividad física y mental con su respectivo descanso fue clave. Y fue una manera (según lo que propone Diseño Humano) de fortalecer y ayudarle a mi intuición a “limpiarse o liberarse” de distracciones, comportamientos y miedos a través de una mejor relación con mi cuerpo.
Cuando comprendí qué tipo de impulsos le daban mayor vitalidad a mi cuerpo fue que pude encontrar mayor balance energético para continuar con mis pasiones, mantener encendida la llama de mi propósito y escuchar con mayor claridad mi sabiduría interna. Y así ser más congruente con mi esencia.
¿Cómo podría escucharme y confiar más en mis decisiones y anhelos?
Escucharnos a nosotros mismos implica sumergirnos en la autenticidad de nuestra esencia, abrazando nuestra sabiduría interna. Diseño Humano nos enseña reconocer y escuchar la voz interior que nos guía.
Conectar con nuestra autoridad (o intuición) significa honrar nuestra verdad interna y confiar en ella. Muchas veces, la confusión que generan ciertas creencias o expectativas externas pueden nublar nuestras decisiones y anhelos. Tomarnos el tiempo para escuchar esa voz nos ayuda a elegir diferente a lo impuesto o a lo que otros desean, nos guía hacia una vida más auténtica y alineada con nuestra esencia.
Enfrenté mucha incertidumbre (y sigo) con varios saltos de fe que di en este año, como lo fue renunciar a mi trabajo, invertir en mí y mi emprendimiento o cerrar puertas a algunas relaciones. Más mi autoridad esplénica me susurró e iluminó siempre para protegerme y darme bienestar.
Certificarme en Diseño Humano ha sido una de las decisiones y anhelos que han transformado mi vida, no creo que sea otra cosa más que agregar a mi currículum o estuche de monerías. Escuchar en mi intuición para invertir +1,000 USD en esta “experiencia de aprendizaje” me ha llevado a traer luz a mi vida, y en especial a la de otros que ya han confiado en mí para regresar a su esencia y considerar dar sus propios saltos de fe.
Cuando tu voz interior es capaz de traer abundancia, seguridad, inspiración para los demás y para ti, entonces creo que solo basta con rendirse a su sabiduría y dejarse guiar por ella. Me di cuenta que los mejores momentos, relaciones y experiencias en mi vida han sido gracias a que escuché mi intuición; hoy que llevo un año en mi experimento de Diseño Humano puedo decir que gracias a ella pude hacer realidad mi intención.
¿De quién o qué requiero rodearme para absorber aquello que me nutra?
Rodearnos de personas, experiencias y entornos que nutran nuestra esencia es clave. Buscar espacios donde se celebre la autenticidad, donde la belleza en la imperfección sea invitada y apreciada.
El Wabi-Sabi nos enseña a encontrar significado en lo simple/modesto que nutre nuestra alma e invita a rodearnos de aquellos que valoran esa sencillez. Este año pude conectar con mentores, comunidades afines y recursos que honraron la expresión de mi esencia y me ayudaron a crecer en armonía con ella. Fueron vitales para nutrirme mientras navegué por mi Ruta Auténtica.
En marzo se alineó todo para vivir la experiencia de @aldea.camp, una oportunidad que llegó como anillo al dedo para cerrar la primer parte de mi proceso de transformación y me dio el empuje final para reconectar con mi propósito. Ahí recordé la importancia que tienen las tribus, descubrí el poder que tengo con mi intuición y encontré personas inspiradoras y alineadas a mis valores, creencias y deseo de ver cierto cambio en el mundo.
Encontré muchos nutrientes en ese tipo de experiencias, sin obvio dejar de lado las prácticas que antes te mencioné para una mejor relación con mi cuerpo y mente, así como muchos de los libros que leí o podcasts que escuché, programas y coaching que tomé con Andrea Cáceres, Andrea Razo, Fer Pasquel, Isa García, Maryell Cisneros, Sofía Mellano, etc.
Nutrientes que posteriormente llevé a mis clientes y amistades que también han apreciado lo que les entrego desde mi esencia. Que con la misma apertura y flexibilidad han “absorbido” los aprendizajes, relatos, llamados a transformarse para impactar en sus propios entornos y vidas.
Cada uno de los momentos, cada mensaje, lección o palabra que recibí y llegué a experimentar fueron los pilares para que en 2023 lograra diseñar y saborear una vida sin prisa, para que reconectara con una causa por la que vale la pena luchar y escribiera una historia que me gusta compartir y honrar.
¿Cómo quieres cerrar tu año y empezar el siguiente?
Te invito a reflexionar sobre las rutinas, creencias, personas que hoy te nutren, que te conectan con tu esencia y te están preparando para el próximo capítulo de tu vida.
Cerrar como queremos empezar cualquier etapa de nuestras vidas lo interpreto como un llamado a brillar desde nuestra esencia, abrazar la presencia, escuchar nuestra intuición y compartir con otros la belleza imperfecta, impermanente y simple de estas nuevas experiencias.
El viaje hacia tu 2024 comienza hoy, en este momento, con cada decisión consciente que tomas. Te animo a cerrar desde ya este año con gratitud por las lecciones aprendidas y con la determinación de abrazar lo que vendrá.